Poner el jugo, el arrurruz y el azúcar en una cacerola grande a fuego fuerte hasta que la mezcla se disuelva.
Añadir la manzana y arándanos y llevar a ebullición, asegurándose de colocar la tapa en la cacerola, para que cuando las bayas empiecen a reventar, ¡no salpiquen toda la cocina!
Añadir la cáscara y las especias y remover.
Cuando algunas de las bayas hayan reventado, retirarlas del fuego y dejarlas enfriar durante uno o dos minutos.
Poner ¾ de la salsa en la licuadora y añadir el jarabe de arce.
Mezclar a baja velocidad hasta que esté suave.
Agregar la salsa restante en la licuadora y pulverizar en dos o tres ráfagas fuertes. De esta maneja la mezcla queda con un poco de textura.
Verter en un bol o plato y meter en la nevera durante al menos dos horas para que se endurezca.
Servir con pavo o carnes frías, o incluso queso y galletas.