Lava las hojas del apio.
Seca las hojas, utiliza el secador para lechuga y después una toalla de papel.
Deben quedar secas, sin nada de agua.
Coloca las hojas en una bandeja.
Hornea las hojas por 10 minutos a 160 °C.
Verifica que las hojas no se quemen.
Saca las hojas y pésalas.
La misma cantidad de hojas es la que necesitarás de sal.
Muele las hojas secas y mézclalas con la sal.